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“Educar es más difícil que enseñar, porque para enseñar se precisa saber, pero para educar se precisa ser.”
No hace falta decirlo: la educación ha dado un giro vertiginoso en los últimos años. Hasta hace poco, el docente tenía el rol de figura transmisora de conocimiento (pedagogía instructiva), mientras el alumno lo memorizaba de forma pasiva (aprendizaje memorístico).
Durante años, solo importaba la capacidad intelectual, mientras la mente humana y las emociones quedaban relegadas.
Esta creencia ha ido evolucionando, dando paso a una pedagogía constructiva, centrada en las competencias, el desarrollo personal y el aprendizaje significativo. Hoy, la psicología del desarrollo y la educación emocional ocupan un lugar clave en el aula.
“La educación emocional forma parte de un proceso educativo, continuo y permanente, que pretende potenciar el desarrollo emocional como complemento indispensable del desarrollo cognitivo, constituyendo ambos los elementos esenciales del desarrollo de la personalidad integral”.
— Bisquerra (2000)
Te detallamos cómo colaboramos para fortalecer el trabajo de los educadores en el ámbito educativo
“Educar es más difícil que enseñar, porque para enseñar se precisa saber, pero para educar se precisa ser.”
Los tiempos han cambiado, existe una evolución inevitable de las nuevas generaciones, ya no es como antes.
Por este motivo y por muchos otros, la educación demanda una visión humanista, una visión más amplia. Cuando hablamos de ampliar nuestra mirada, nos referimos a la importancia de una educación emocional, una educación que sea transformadora y que contribuya a garantizar un futuro exitoso para nuestros alumnos y alumnas
Si necesitas apoyo en tu centro o quieres introducir la educación emocional en el aula, escríbenos.
Podemos ayudarte a construir espacios más humanos y sostenibles.