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Las obligaciones excesivas obstaculizan tu bienestar
Nuestro crecimiento personal, depende de cómo seamos capaces de gestionar el día a día. Si somos capaces de transitar situaciones cotidianas con equilibrio y sin desbordarnos. Uno de estos puntos es, ser capaces de equilibrar la obligación con el deseo.
Tú, yo, y prácticamente todo el mundo, tiene algún tipo de obligación, forma parte de nuestra forma de vivir, desde niños tenemos obligaciones. El problema no es tener obligaciones, puedes tener la obligación de ir a trabajar, puedes tener la obligación de ir a recoger a tus hijos a la escuela, y eso no sea un problema para ti, por que son las obligaciones que toca. El problema es, cuando las obligaciones te superan y te bloquean. Que puedas aprender a gestionar la presión a la que te sometes por las obligaciones, es de vital importancia para tu bienestar y para tu salud mental.
El sufrimiento depende no tanto de lo que se padece cuanto de nuestra imaginación, que aumenta nuestros males.
Como te decía, todas las personas tenemos obligaciones, pero no todas las personas lo vivimos de la misma forma, o mejor dicho, no todas las obligaciones pueden causar sufrimiento en la misma medida. Posiblemente tengas algunas obligaciones que son necesarias, como te decía, cumplir con tu responsabilidades, familiares, laborales o sociales, que seguramente que la mayoría de ellas, están alineadas con tus valores y con tus proyectos de vida. Pero si por el motivo que sea, estas obligaciones se vuelven excesivas, y sobre todo si no están alineadas con tus necesidades o deseos, o lo que es peor, te privan de tu autonomía, te pueden generar muchísimo sufrimiento.
¿Por qué las obligaciones te pueden generar sufrimiento?
El más típico es cuando te sientes obligado(a) a hacer algo sin tener la libertad de poder elegirlo. Puedes experimentar frustración y resentimiento, si experimentas la presión impuesta por otras personas o por otras circunstancias externas.
Como siempre digo, la presión social es uno de estos motivos de sufrimiento. Este tipo de obligaciones arraigadas a las normas sociales o a las expectativas del entorno, te hace sufrir y te genera ansiedad, porque sientes la presión de tener que cumplir con todas esas expectativas, y si no lo haces, te expones a las críticas sociales, a los juicios del entorno o al rechazo por parte de los demás.
Parece ser que la gestión del tiempo es un problema común. Existen muchos libros y personas que hacen conferencias por todo el mundo hablando de la gestión del tiempo. Siempre escucho. ¡Es que no tengo tiempo! ¡Es que no me da tiempo! ¡ Voy con el tiempo justo!…Por eso cuando tus obligaciones impiden que tengas tiempo para ti, tiempo libre para dedicarlo a lo que te apetezca, afecta directamente a tu calidad de vida. Puedes experimentar estrés y agotamiento, debido a estas obligaciones que te abruman y que hacen que te sientas desbordado(a)
Otro punto importante que genera inestabilidad, y que no se tiene mucho en cuenta, es que tus obligaciones no estén alineadas con lo que tú consideras importante y significativo para tu vida. Vas a sentir que estás desperdiciando tu tiempo y tu energía en cosas que no te satisfacen.
De una forma general, creo que la connotación de la palabra obligación, te hace sentir que no tienes el control, que estás obligado a seguir un camino que no quieres y como consecuencia la pérdida de libertad. Y quizás para muchas personas, la libertad es uno de los valores más importantes.
¿Qué puedes hacer?
Busca momentos para ti, que puedan ayudarte a reflexionar sobre si lo que estás haciendo es importante o no. También te ayudará a identificar tus valores y tus propósitos, y sobre todo asegúrate de que estas obligaciones vayan alineadas con esos valores. Si identificas algunas obligaciones que no son coherentes con tus propósitos, busca la forma de eliminarlas si es posible.
La asertividad es importante en estos casos, aprender a decir NO de una forma libre, es decir, tener la libertad de decir sí y no con la misma facilidad. Tienes que darte el permiso para poner límites claros y sobre todo cuando sean necesarios. Prioriza las responsabilidades en relación a su importancia, y sobre todo al impacto que puedan tener en tu vida. Esto va a ayudarte a evitar esa sobrecarga, y a la misma vez, podrás dedicarle tiempo a las cosas que realmente son importantes para ti.
Cuídate y dedícate tiempo para valorarte. Es importante que mientras estás cumpliendo con tus obligaciones, también estás cuidándote y respetándote. Con esto quiero decir, también dedicar tiempo a ti, tiempo que te ayude a estar tranquilo(a), a sentirte bien, como quedar con tus amigos(as), hacer deporte, excursiones, o simplemente descansar. Dedica tiempo a tus hobbies, a lo que te apasiona, a actividades que puedan proporcionar alegría y bienestar. El cuidarte te va a ayudar a que puedas tener un mayor equilibrio emocional, y a la misma vez puedas reducir el estrés que supone las obligaciones diarias.
Las personas nos necesitamos, somos seres sociales, y necesitamos los unos a los otros, y tú no eres diferente. Yo siempre digo que el payaso también necesita reírse. Cuando el payaso llega al camerino y se quita su nariz, se quita su peluca, vuelve a ser una persona normal. Ese payaso al salir a la calle, también siente el anhelo de la diversión. Por eso en silencio, busca algún lugar donde pueda reírse. Te explico esta metáfora, para que te des cuenta que es importante buscar apoyo cuando lo necesites. La familia y los amigos también están para momentos difíciles, son tus apoyos. pide ayuda cuando sea necesario, esto te ayudará a poder aliviar esa carga y reducir ese sufrimiento asociado a tus obligaciones.
“Haz algo bueno para ti hoy. Encuentra algo de silencio, siéntate en silencio, respira. Pon tus problemas en pausa. Te mereces un descanso”
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