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Ya no amo a mi pareja, ¿Ahora que?
En muchas ocasiones el dejar de querer a una persona es algo repentino, en otras, se va dando con el tiempo. Pero sea como sea, cuando dejas de querer a alguien experimentas sentimientos y emociones muy contradictorias. No es algo sencillo acabar una relación con una persona, que ha formado parte de tu vida durante algún tiempo.
Creo que aquí lo más difícil, es saber identificar si has dejado de querer a tu pareja, o simplemente estás pasando por una crisis. Cuando conoces a alguien, cuando te enamoras o simplemente cuando te encuentras con esa persona importante, se da de una forma espontánea, os conocéis, os gustáis, y empezáis una relación. Aunque sí que es cierto, que este tipo de encuentros se dan de muchísimas formas diferentes. pero lo más habitual, es que surja de una forma espontánea. Con el desamor pasa algo muy parecido, a veces también surge de una forma espontánea.
Como te decía, lo más difícil es tomar conciencia de lo que está ocurriendo, de que ya no sientes lo mismo que antes. Y claro, el problema no es solamente el sentimiento, el problema es las consecuencias de esa ruptura, se rompe de forma brusca todo lo que se ha construido, una familia. Con todo lo que conlleva, hijos, bienes en común, recuerdos, experiencias, proyectos…Pero claro, aquí solamente hay un camino, se ha dado una situación inesperada, ya que en cuestiones del corazón no hay reglas, y hay que afrontarlo de la forma más sincera y madura posible.
“Algunas personas dicen que puede causar dolor olvidar a alguien, otras personas dicen que puede causar dolor esperar a alguien, pero el dolor más difícil de sostener, es no saber si olvidar o esperar”
El primer síntoma que se manifiesta cuando llega ese momento, es un montón de sentimientos contradictorios, sentimientos encontrados, y sobre todo confusos. Quizás te das cuenta, que ya no te apetece pasar tiempo a solas, y buscas pasar el tiempo en compañía, por ejemplo con amigos. Ya no te entusiasma la idea de hacer cosas juntos, y buscas casi sin darte cuenta tiempo para ti, tiempo para hacer cosas que te apetecen. Se crea un ambiente y una energía muy negativa. Pero como las relaciones de pareja pasan por diferentes etapas, las crisis también forman parte de la relación, siempre tienes la esperanza de que algo ocurra, y que todo vuelva a la normalidad, pero eso nunca llega.
Desde el punto de vista emocional, lo más difícil de llevar es cuando la otra persona sigue enamorada de ti. Sientes que te busca, sientes que está esperando ese acercamiento, y tú quizás también esperas que vuelva de nuevo ese deseo, pero como no llega, se hace muy difícil sostener esa energía tan negativa que se manifiesta en ese escenario. Y sobre todo, el dolor interno y contradictorio que puedes experimentar, entre el deseo de estar, y el deseo de salir corriendo a la misma vez.
Un comportamiento muy común y habitual en estas situaciones, es ocultar los verdaderos sentimientos que sientes. Es intentar con un mecanismo muy sutil, que la otra persona entienda que todo es diferente, es decir, hacerle sentir que ya no le quieres, pero sin palabras, solo con actos. Por ejemplo, evitar mandarle mensajes, cosa que antes eran muy habituales, no contestar a llamadas, poniendo excusas para no quedar. A través de tus actos, quieres que la otra persona lea que ya no le quieres. Buscar estrategias de gestos desconcertantes como vía de comunicación, no es la mejor opción, Ya que genera un desgaste brutal sobre ti y la otra persona, y tampoco es la forma más respetuosa.
¿Qué sería lo más sano?
Hay algo que siempre me resulta chocante, cuando conocemos a alguien, cuando empezamos una relación todo es bonito. Empezamos con una mochila llena de sueños, de proyectos, de ilusiones, y no nos damos cuenta que una de esas mochilas quizás se acabe antes de terminar el camino que se empezó juntos. Pero, ¿Por qué en la mayoría de situaciones se empieza una relación con amor, y se acaba con odio? La respuesta es muy sencilla, aquí se puede ver el nivel de madurez y de crecimiento personal que cada uno tiene.
Lo primero que puedes hacer, es pensar de una forma detenida que es lo que vas a decirle. Cuál es el argumento y los motivos de una forma sincera.
El lugar también es muy importante, busca un lugar donde os podáis sentir cómodos tanto tú como la otra persona, es vital para tener una comunicación más sana, más respetuosa y se pueda sostener ese momento tan difícil.
No hace falta que te diga, que nada de mensajes, nada de correos electrónicos, y nada de llamadas por teléfono. Quizás te resulte mucho más fácil, pero es la forma más irrespetuosa de comunicación, cuando se refiere a estos asuntos.
La persona con la que has pasado algún tiempo, la persona con la que has compartido tantísimos momentos y tantísimas experiencias, se merece un respeto. A no ser que la otra persona adopte un papel agresivo, se respetuoso(a) con la otra persona con sinceridad, con amabilidad. Trata de hacerle el menos daño posible, sabiendo que el daño es inevitable.
No sois amigos, por lo menos de momento. Quizás se te ocurra la idea de decirle que ahora de momento podéis ser amigos para que sea más fácil el diálogo, pero le estás engañando, ya no estás hablando con sinceridad. Cuando se acaba una relación, todavía siguen habiendo sentimientos, se necesita algún tiempo para poder asentar esas emociones, y poder liberarte de ese lazo afectivo. Sólo el tiempo dirá si podréis ser amigos.
Y otro punto muy importante, es que puedas ser firme en esta decisión. A veces la reacción de la otra persona cuando es “dejada”, Puede tener una reacción descontrolada, debido a la pena que siente, y sí es difícil sostener, o ver como la otra persona se hunde delante de ti, pero es la decisión más respetuosa y humilde. ya que no solamente estás dejando una relación por un bienestar común, es que a la misma vez estás dejando libre a esa persona, para que encuentre otra que realmente la valore, y con la que realmente pueda ser feliz de una forma completa.
Recuerda que las relaciones, sean como sean, cuando se acaban se tiene que cerrar el ciclo de una forma adecuada. Si no lo haces, esa energía te pide atención, te ata y te encadena al pasado…y entonces, ¿cuánta energía habría para lo nuevo?
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